viernes, 27 de marzo de 2009

Tres sentimientos: Amistad y Odio


Hugo siempre sabe dónde encontrarme y yo sé dónde encontrarlo a él, salvo que queramos permanecer agazapados como garrapatas. Entonces, por mucho espacio físico que ocupe Dios, ni él Todopoderoso, ni sus ángeles secuaces serían capaces de encontrarnos.

Ha entrado en el bar, me ha mirado, y sin mediar palabra sabía que El General también había tocado la campanita infernal con el alma de Hugo. Punto pelota, no había nada más que hablar porque nada mas sabíamos, y es absurdo perder el tiempo especulando. Así que nos hemos sentado en una mesa, hemos pedido una botella de vino y unas tapas. Otra botella de vino y más tapas y hemos acabado cantando canciones de putas, victorias, derrotas, y otras que no sabíamos a qué carajo cantaban. Canciones que no cantábamos tras las victorias de los nuestros porque el recuerdo de los muertos nos amordazaba.

Así que entre copa y copa, botella y botella, he tenido la sensación de que albergaba algún sentimiento de amistad hacia Hugo. Luego, algunas lúcidas copas más, he caído en la cuenta que El General estaba en el mismo saco. Y me ha jodido mucho saber que el destino de ambos me importaba.

Para los que no sepan contar les diré que tres son los sentimientos que he albergado alguna vez en mi perra vida: El de Amistad y el de Odio.

El de amistad es prescindible, como lo son los amigos que sabes que un día dejarán de serlo y, al igual que no existe el amor eterno (no confundir con la rutina eterna), tampoco existe la amistad eterna.

El de Odio llena todo mi ser, es el que me empuja a levantarme cada día y no cumplir mi más preciado deseo: descerrajarme un tiro y amputar con plomo el dolor.

Y si creen que he hablado de tres sentimientos y sólo he nombrado dos, están en lo cierto. Pero el tercer sentimiento no sé si duele más por haberlo perdido o por no haberlo sentido nunca. Ahora esto ya no importa una mierda.

3 comentarios:

  1. Pero que bien escribes Diego!!

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  2. Hombre, por decir algo, David...pensaba que tenías mas criterio.

    Un abrazo y me alegra verte (por cierto, te tengo desatendido en Facebook...prometo compensarte tontin)

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  3. ¿Amputar con plomo el dolor? Si, justo eso siento 'cada día'.
    Magníficos tus escritos.

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