martes, 31 de marzo de 2009

La Voluntad y el Metal


Una pistola no son más que varios trozos de hierro dispuestos de forma específica y relativamente bellos. Una navaja no es más que un trozo de acero afilado por uno de los lados (cuyos reflejos azulados y fríos nos encandilan), y con un mango que generalmente es de madera o plástico. Un palo no es más que un trozo de madera alargado, de aspecto, más o menos, rugoso y que sirve para apoyarse en él al caminar, o jugar a diversos juegos infantiles.

La bella pistola, la hipnótica navaja y el inocente palo se convierten en armas con la sola voluntad de quien las empuña, y en ocasiones esa es la diferencia entre quien mata y quien muere.

Tener voluntad de usarla te da ventaja sobre quien tienes enfrente, y cuando tu vida va en ello, toda ventaja, por pequeña que sea, bien gestionada marca la diferencia entre comer y cagar por el agujero que toca, o comer y que la comida se derrame antes de llegar al estómago.

Y todos tenemos voluntad cuando el incentivo vale la pena…se lo digo yo que cago cada día.

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