tag:blogger.com,1999:blog-5755015265904400411.post5651806065344645226..comments2009-05-29T21:41:36.400+02:00Comments on Pensamientos en los bares de Cátulo: Dos preguntas, nada mas.Borgleonehttp://www.blogger.com/profile/15575241932277219058noreply@blogger.comBlogger1125tag:blogger.com,1999:blog-5755015265904400411.post-61491215897661658342009-03-26T19:19:00.000+01:002009-03-26T19:19:00.000+01:00Me considero una fiel seguidora de Cátulo, por lo ...Me considero una fiel seguidora de Cátulo, por lo que, con el tiempo, he acabado siendo también seguidora de Borgleone.... tanto que, creo que Cátulo está celoso. <BR/>A mí me resulta más fácil preguntar ¿matarías a alguien? que ¿te gusta cómo voy vestida?... a pesar de que las dos preguntas tienen su parte de morbo al hacerlas y su parte de vergüenza al contestarlas. Me explico: a todos nos gustaría que nos respondieran que sí a la primera, (aquí entraría toda una conversación, ya descrita anteriormente por el amigo de Cátulo), y nos daría miedo que nos dijeran que no a la segunda, (a pesar de que sabemos que si lo tenemos que preguntar es porque verdaderamente eso que nos hemos puesto nos queda como el culo). ¿Pero si nos preguntan que si mataríamos? ¿Habría que contestar que sólo en un momento de la vida en la que alguien que queremos está en peligro? ¿O podríamos decir abiertamente que a veces incluso le pisarías la cabeza a tu compañero de trabajo por el simple hecho de que, como siempre, no ha quitado de la fotocopiadora la puta hoja que ha metido? ¿Y contestar a quien te pregunta que si va bien vestida, que no?, simplemente mirarle y decirle que no, si sabes mirar, no hace falta decir más. Pero quizá se debería contestar que "¡claro, cariño! a tí cualquier cosita...." Cualquiera de las respuestas a estas cuestiones provoca vergüenza, tanto si decides mentir, como si ese día has desayunado en Bilbao y le echas un par. Yo, personalmente, no veo motivo de avergonzamiento (vaya palabreja) ninguna de las respuestas... si no que también me darían morbo, morbo al mentir por saber si ha colado, (y eso me sirve para, si lo he hecho bien, mentirle más veces, que, como dijo uno, el saber no ocupa lugar), y, por supuesto, morbo a decir que no, que es como gritar "¡no me da la gana!", que es la frase más liberadora de todas las que conozco. Prueben a decir en un momento del día "¡no me dala gana!", libera, ¿verdad? o por lo menos relaja un poco la neurona.<BR/>Y acabo, ya que es el primer día, reivindicando la incómoda conversación del desayuno, pero eso lo explicaré en otra ocasión.<BR/>Enhorabuena a todos y todas los que han pasado alguna vez por la estación de tren de Zaragoza... dichosos...Anonymousnoreply@blogger.com